Compromisos y valores

El compromiso de la DCC : Situar al desarrollo de todo hombre y de todos los hombres como eje de todos sus proyectos. Compromiso solidario al servicio de los más pobres, respeto de las dinámicas locales, apertura a todos e intercambio en el encuentro de culturas… tales son los valores de la DCC.

El desarrollo al servicio de la Humanidad

El concepto de desarrollo de interés para la DCC es fiel al Evangelio y al pensamiento social de la Iglesia. Su proyecto, sus orientaciones y sus acciones son la prolongación directa de éstos.
Para la DCC, el desarrollo no se reduce al mero crecimiento económico. Para ser auténtico, éste debe ser íntegro, es decir, ascender todo hombre y a todo el Hombre. Ninguna persona debería quedar excluida ni del desarrollo, ni de sus beneficios, y los más pobres deberían ser objeto de atención especial.

El desarrollo no se concibe como la acumulación de bienes sino como la expansión de todas las capacidades de la persona humana en todas sus dimensiones : física, intelectual, moral, social, y espiritual.
En el 2015, la carta encíclica Laudato Si’ del papa Francisco “en pro de la protección de la casa común”, llama a una revolución “ecológica” en el sentido pleno de la palabra ; una nueva manera de pensar el progreso. El interés por los más pobres se extiende a la solidaridad hacia las generaciones futuras.
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Compromiso en el hemisferio Sur y Norte

En el Sur, la DCC acompaña a los actores locales en sus proyectos de desarrollo por medio de misiones de voluntariado. Apoya el quehacer del voluntario creando las condiciones necesarias para una distribución solidaria y fraterna.
En el Norte, apoya el trabajo de sus aliados; organizaciones de solidaridad, mediante su experiencia en el encuentro intercultural y el acompañamiento de proyectos internacionales así como mediante la dinámica de su red.

Los valores de la DCC

Compromiso Solidario

La DCC participa en proyectos de desarrollo de todo hombre y de todos los hombres.

Respeto de las dinámicas locales

La DCC acompaña proyectos de desarrollo al servicio de las dinámicas iniciadas por sus asociados.

Apertura a todos

En la DCC existe un lugar para todos y cada uno, cualquiera que sea su edad, su formación, su trayecto y su vínculo a la Iglesia Católica, la DCC se abre a quien desee formar parte de ella en el desarrollo, mediante el voluntariado.

Prioridad a los más pobres

La opción especial por los pobres da fe de la preocupación de dar a nuestros asociados más desamparados los medios humanos y financieros para seguir siendo actores de su propio desarrollo.

El compartir en el encuentro intercultural

Los encuentros interculturales son la base de la experiencia de la DCC. Puente entre los hombres, la DCC permite a las organizaciones asociadas y voluntarios propiciar el encuentro y compartir su visión del mundo.